Una vez soñé en poder dedicarme a lo que más me gusta hacer, vivir del arte. Algunos me dijeron que sería difícil, otros que mejor me buscara otro trabajo y que tuviera este como hobby, y otros pocos, me apoyaron y estuvieron allí para ayudarme en todo el proceso.
Hoy puedo decir que los sueños se cumplen, y hay que trabajar muy duro para conseguirlo.
Tienes que levantarte de cada caída con más fuerzas, aprender de los errores y confiar en ti. Muchas veces, tienes que renunciar a aquella fiesta que tantas ganas tenías de ir, o de pasar tiempo con tus amigos. Tienes que quedarte trabajando hasta las tantas y aferrarte a las pequeñas oportunidades.
Hoy puedo decir que no ha sido fácil, pero lo he conseguido, estoy en el principio de un camino maravilloso llamado vida.
El año pasado, hice mi primera exposición en el 'Sències Can Girona' una Masía encantadora, rodeada de viñas. Me quedé con las ganas de exponer más, así que decidí colgar un post en Instagram, a ver si alguien me recomendaba algún lugar donde hacerlo.
La verdad, no contestó mucha gente, pero al día siguiente por la mañana, al despertarme, vi un mensaje de Cristina Cabañas. Me proponía crear una exhibición en los jardines del 'Hotel & Spa Sant Pere del Bosc.
Ya podéis imaginarme saltando de ilusión por toda la habitación.
No podía creerlo, así que nos reunimos con el director Xavi Germain y Cristina Cabañas para hablarlo todo.
Les propuse la idea de hacer una exposición de fotos y dibujos sobre el amor y la naturaleza, y ellos me propusieron hacerla en conjunto con mi abuela, la ilustradora Pilarín Bayés. Su idea era hacer un proyecto de abuela y nieta, que si os digo la verdad, me daba un poco de respeto, era la primera vez que hacíamos algo juntas. Mi abuela siempre ha sido mi gran inspiración, alguien que me ha enseñado a trabajar duro para aquello que tanto quieres. Así que finalmente, lo hicimos así.
Tuve la suerte de estar acompañada por la música de la pianista Laura Andrés, fue mágico poder escuchar su canción 'Butterflies' , de su nuevo disco mientras paseábamos por los jardines observando los cuadros.
El camino estaba guiado por 3.000 mariposas blancas hechas a mano y colocadas aleatoriamente entre las plantas.
Me ayudaron a hacerlas con mucha delicadeza, la asociación 'Aspronis'.
